El éxito de Bordón_2012 es vuestro: gente fantástica guiados por el artista de Quique y su improvisada compañia teatral. Sobran las palabras...
Los ausentes: Julio García, José Luis G., Agustín... estaban en nuestro corazón.
La sorpresa final: la llegada de César y plantar el árbol con los más jóvenes.
Un agradecimiento: el trabajo de los monitores actuales y la aportación solidaria.
Gracias Mayte, Saúl. Juan, Irene ... y todos los que ahora estáis.
Colgaremos las fotos en algo llamado Dropbox.
Julita recibirá las fotos vuestras de los años 70. M.Eugenia recibirá las de los años 80-90... Paciencia, que ya os llegará el enlace para ser invitados al archivo gráfico.
Y seguiremos aquí por tiempo: enviad vuestra aportación porque todas -sin excepción- merecen ser leídas con tranquilidad. Y muchos han prometido escribir....
Hoy 22 de abril es el Día de la Tierra, mañana 23 será San Jorge y el Día del Libro, pasado mañana será otro día estupendo para que la buena acción nos acompañe...
Para tantos, para todos, y para los que siempre estarán...: "que no nos separemos, no, que un mismo corazón nos une en apretado lazo y hasta nunca dice adiós".
Reflejo en Prensa
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Geles y Òscar también recuerdan su experiencia
No he escrito hasta hoy a pesar de haberlo pensado muchos días, sobre
todo nada mas pasar el encuentro. La primera vez que leí el blog las
lágrimas vinieron fácilmente. He recordado mi adolescencia, mis mejores
amigas, mi hermana (luego la vida también te separa). Ahora cada una de
nosotras en un sitio (algunas nos volvemos a encontrar ¿verdad, Cruz?).
Sin embargo ¡qué facil el reencuentro con las personas que quieres!.
Ser scout me ha servido para convivir, respetar, disfrutar de la
naturaleza y de la amistad, para querer a mis compañeros. Los que hemos
vivido esa experiencia nos gustaría que nuestros hijos tuvieran la misma
suerte. Todo ha cambiado pero sigue habiendo personas como Mayte, Saúl... ¡Qué serio me parecía Toño Poncio y todos aquellos
que creían que el esfuerzo y la disciplina no estaban reñidos con la
diversión, Rocío, Gerardo, MEugenia..., gracias a todos!. Muchos
recuerdos para un gran día que -espero- no sea el último. Siempre
alerta. Geles A.
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Gracias a tí, Lola, por escribirnos
Pasados unos días y casi encarrilada la rutina diaria, agradecer a todas
las personas que hicieron posible el encuentro-reencuentro del día 21.
A los organizadores, que se lo curraron un montón: la organización
impecable, la comida estupenda, los detalles (Cds de fotos etc.). A
Kike y su improvisada "troupe", con sus cuentos de Epaminondas,
serpientes comiendo huevos y "Juan el Chatarrero" recorriendo los
caminos con el saco a cuestas. A los presentes y a los ausentes; a los
que vinieron de lejos, muy lejos e incluso lejísimos ( no sé si oí por
ahí que alguien había venido desde ¿Holanda?) y a los que simplemente
tuvieron que cruzar la calle; a las caras conocidas/reconocidas y a las
que nunca había visto. A los viej@s amig@s
que lo siguen siendo y a los que están por llegar. En todo caso, fue un
día especial que terminó también de una forma especial, con el cerezo
plantado en el parque dos Aguas, junto con nuestro recuerdos. Salud! Lola Martín N.
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Fue genial, genial... nos dice Merche
En primer lugar daros las gracias por hacer posible
el encuentro. Fue genial, genial.
Sigo leyendo el blog casi a diario. Me ha emocionado la foto de César Cañón al lado
del cerezo y de las nuevas generaciones, los mismos valores en diferentes
épocas. Todavía me emociono pensando en el reencuentro con gente que hacía
tanto tiempo..., las canciones, las fotos, las guitarras, las pañoletas, la
promesa, las intervenciones (Gerardo me emocionó especialmente), las ausencias,
el cerezo, la despedida.... Me alegró compartir un momento tan bonito con amigos
de siempre, con mis hermanos, mis padres, con dos de mis hijos y con mi marido
porque ha sido un momento importante de mi vida. Bueno, que esto era para decir
que quiero las direcciones de correo de los asistentes. Abrazos a todos. ¡Buena
Caza y Siempre Alerta!. Merche N.
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¡Y me lo quería perder!
No quería dejar pasar esta
semana, cuando aún saboreo la experiencia del pasado sábado, para dar las
gracias a aquellos que habéis hecho posible el reencuentro, pues sabemos que os
ha supuesto un montón de trabajo, esfuerzo, horas, gestiones etc. Muchas
gracias.
Nos habéis brindado la
posibilidad, no sólo de reencontrarnos con los de nuestra época, sino de poner
cara a los históricos del grupo de los que tanto habíamos oído hablar, así
como reconocerles el reto que les supuso arrancar el grupo. ¡Qué bonito era ver
cómo se intentaban reconocer después de 40 años! y ¡Cómo se ponían al día como
si no hubiera pasado el tiempo, con la misma naturalidad!
Personalmente, tenía muchas
ganas de recordar momentos inolvidables como si tuviera la necesidad de que
alguien me confirmara que aquello que viví fue verdad y a ser posible que me
aportaran detalles que enriquecieran mis recuerdos. A decir verdad, era un poco
decepcionante cuando tú recordabas algo y los demás no y supongo que viceversa.
Me gustaría destacar
algunos momentos que el sábado disfruté especialmente: la promesa, ¡qué
emocionante!; las fotos, ¡cómo se aprecia la transformación del grupo con el
paso del tiempo!; las canciones, ¡la letra nos salía sola!; la aparición de
César Cañón, de pequeña me parecía que era el mismísimo Baden-Powell versión
palentina y tuve la misma sensación, ¡sólo le faltaba el mítico sombrero!; y la
despedida, igualito que al final de un campamento, con la misma emoción
contenida.
También hubo momentos para
filosofar: comentaba con Carmelo Benito, recordando nombres, que muchos
de nosotros nos dedicamos a la enseñanza, al tiempo libre, a la sanidad, en
definitiva al servicio a los demás. Seguro que cada uno de nosotros, desde su
actividad sea la que sea, no olvidamos el “hacer todo cuanto de mi dependa”.
Parece que cuanto más
tiempo pasa, más valoro todo lo que hicimos en aquella época, entonces lo veía
como algo normal, de lo más natural. Me siento cada vez más
orgullosa de las empresas que emprendimos sirviendo a la sociedad, sin darnos
importancia alguna. Mientras las chicas de mi edad usaban tacones, se pintaban
e iban a la discoteca, yo me ponía mis “chirucas”, mi pañoleta y cogía mi
mochila para hacer la ruta de los pantanos, ¡qué frío pasamos! Quizá por eso
mis hijas me dicen “mamá, es que tú fuiste un poco rara”.
Creo que hemos tenido la
suerte de pertenecer al grupo Castilla en sus tiempos gloriosos, cuando los
scouts eran nuestro único entretenimiento, una forma nueva de descubrir el
mundo, donde coincidíamos gente de muy distintos entornos y en la que
formamos nuestra pandilla de amigos. Por eso quizá ha dejado tanta huella
en nosotros y hemos hecho de ello una forma de ser.
Y ahora
¿quién pone el siguiente cascabel al gato? “Que no nos separemos, no” (Charo
Sanz Urbón)
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Una amiga, una scout para siempre
“Yo entré en los scouts porque mis hermanos Julio, Merce
y Rafa eran scouts y se lo pasaban fenomenal. Como me faltaba sólo un año para
ser guía, entré directamente a mi patrulla, pero me moría de envidia por las
alitas, con sus juegos y sus cantos. Además tenían unas jefas tan guapas (sin
querer hacer un feo a las mías): Mimí, Marili y Mausi. Pero también quería ser
tan lista como Sagrario y Julita…; y el no-va-más eran Aurora (mi jefa), Pilar,
Gema, Mª José y todas las jefas que nos soportaban en plena adolescencia. Y qué decir
de mis compañeras de compañía... Alguna de ella sigue siendo mi amiga del alma
y para siempre.
Después de muchas salidas,
campamentos, reuniones, operaciones-papel (mis amigas nunca entendieron que
cada año limpiara sus casa de los papelotes viejos y de las guías de teléfono),
operación basura, decorar y redecorar las diferentes bases, cantar villancicos
(y ganar siempre a la Tropa) en Navidad, y las miles de aventuras que pasamos,
tengo tantos recuerdos y tanta gente estupenda que ha pasado por mi vida metida
en mi cabeza, que no tendría sitio para hablar de todos ellos.
Sólo quería deciros que no sé
decir que una vez fui scout porque cuando sale el tema siempre hablo en
presente: soy scout y para siempre. Cada vez que salgo con mi marido y mis
hijos (que también fueron scouts), intentamos dejar los sitios mejor de lo que
los encontramos, y nos esforzamos por cuidar a la Naturaleza y respetar y
ayudar a los demás porque eso es lo que aprendí a lo largo de aquellos años.
Por supuesto, todos los días intentamos hacer “la buena acción diaria”, ¡hacen
falta tantas cosas buenas a nuestro alrededor! Y se me saltan las lágrimas cada
vez que oigo (y canto) una canción scout. No puedo evitarlo.
Mañana será un gran día. Lástima
que no puedan estar todos los que van pasando por mi memoria y que han marcado mi
vida. Pero aquí los tengo a todos. Y para siempre.” Chus Aguado.
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Y como de valores scouts hemos hablado, será estupendo pensar que -con o sin pañoleta- sigue en nosotros vivo el espírtu scout de hace años.
Julio
García -el fundador- no podrá estar finalmente con nosotros, pero nos
consta que lee diariamente este rincón virtual para recobrar en
satisfacción lo que en su día sembró. El sábado le recordaremos junto a
otros Jefes del Grupo, y sobre todo, celebraremos el calor de la amistad renovada. ¡Hasta pronto!
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Scouts que siguen con la mochila al hombro de sus hijos....
“Escribo casi in
extremis y aún no sé si podré ir al encuentro de mañana… mis hijos se van al
San Jorge de acampada y hay que preparar mochilas, comidas, etc. Esta historia empezó el día de padres del campamento
Ruesga 75, cuando fui a ver a mi hermana María y
quedé fascinada. Decidí ser scout; pasé por todas la unidades, desde las
alitas en las Filipenses a la experiencia Minaya y acabé siendo jefe de
Lahinis. Recuerdo vagamente a Mimí, Marili, Quique y Manrique, y mucho más
intensamente a mis jefes , Toño Poncio, y a mis compañeros, de scouts y de
pandilla, Reyes Osorio la primera, seguida de todos los demás, a los que no
quiero nombrar por miedo a olvidar a alguien. Cuando mis hijos cantan “ La flor
roja nos alumbrará…” siempre veo la cara de Nacho Castilla desgañitándose.. y
no puedo evitar sonreír y sentirme muy triste a la vez. Y es que sí, mis hijos
son scouts, en el Grupo 1 de Madrid, que el año pasado celebró su 60
aniversario. Es un grupo muy activo en el
que los padres, muchos antiguos scouts, colaboramos bastante echando una mano
para esto y para aquello. Así que “lo scout”
sigue muy presente en mi vida y en la de mi familia. Os envío un
artículo que escribió mi marido, Ramón Arangüena, para la revista del grupo
esta Navidad, porque habla del Grupo Castilla, al que también perteneció, y me
parece que es simpático.¡BUENA CAZA!." Un abrazo de Camino.
Scout por la puerta falsa
"Nunca pensé que los Scouts iban a tener que ver tanto en mi vida.
Sobre todo porque fui scout, pero sólo duré unos pocos meses. Pertenecí al llamado Grupo Castilla de Palencia, Scouts
Baden Powell. Eran el grupo que estaba de mi colegio. Mi hermana mayor
lo era también y en casa me animaron a apuntarme. Lo mejor era el local que lo
formaban los amplísimos sótanos de un antiguo edificio que había sido el
colegio marista original, justo debajo del gimnasio, junto al enorme patio. El
primer día me estrené llegando tarde a una reunión de lobatos. La reunión se
hizo en una sala muy bien decorada con pinturas del Libro de la selva y una
sólida cabaña de dos pisos hecha en madera y situada en una esquina. Después de
dos horas de reunión salí de allí convertido en subseisenero, para mí algo así
como entrar en un club de ajedrez y ser nombrado mariscal de campo al rato de
cruzar la puerta. Al día siguiente salimos todos al parque de un barrio cercano
para cantar canciones en corro. Yo no conocía ninguna y me costaba entender qué
hacíamos ahí cantando a dos o tres grados bajo cero, en pantalón corto y
rodeados de los vecinos del barrio que nos miraban, bien abrigados, con cara de
asombro.
La primera salida al campo me hizo pensar que aquello no era lo mío. El jefe scout de mayor rango era mi profesor de ciencias.
En clase era un profesor muy duro y en los scouts se transformaba en una
persona amable y simpática. Era tan difícil saber cuál de los dos era el
verdadero que estuve un tiempo sin aparecer por allí. Cuando volví, empujado
por el aburrimiento y las ganas de salir en grupo al campo, me dijeron que
tenía que pasar a tropa. Al poco tiempo el jefe scout me puso un suspenso en su
asignatura y decidí que no era bueno mezclar trabajo y ocio y abandoné el grupo
para dar rienda suelta a mi preadolescencia. A Dios puse por testigo de que
nunca más volvería a tener nada que ver con los Scouts.
Unos pocos años después durante unas fiestas del colegio un grupo de
alumnos de unos diecisiete años participaban en un concierto en el salón de
actos. Entre ellos había una chica, al parecer jefa
scout, a la que muchos conocían. Tenía contacto con el colegio desde
hacía algunos años gracias al grupo. Me dijeron que se apellidaba Camino, no me
atreví a preguntar el nombre para no levantar sospechas sobre mis gustos
adolescentes. Yo tocaba la batería en otro grupo en el que cantaba mi amigo
Isaías Lafuente que en aquellos momentos sólo pensaba en estudiar periodismo y
trabajar algún día con Iñaki Gabilondo. A lo mejor también os suena el nombre.
Todo se le cumplió y yo también cumplí mi deseo de hablar con esa chica scout.
Hablé tanto con ella que, hablando y hablando, un día me convenció para que
metiéramos a nuestros tres hijos en el Grupo Número 1 de aquí de Madrid porque
nos lo había recomendado la familia Zanetti, de la influyente sección italiana
del grupo. Y aquí ando, como el conejo de Alicia, de aquí para allá, llegando
tarde a todas las recogidas, regando árboles bajo el sol de agosto, colocando
varillas en los plantones de El Pardo y, una vez al año -si el tiempo y la
autoridad no lo impide- subiendo con un camión a por los trastos del
campamento. Un placer. Creo que me marché de
los scouts en su día pero me colé por otra puerta y ahora tengo intención de
quedarme más tiempo, si me dejan." Ramón Arangüena.
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Un histórico del grupo que encontraremos pronto
“He visto los comentarios que han ido llegando y me
identifico con todos ellos. Las preguntas de Julita y las respuestas de Manolo;
a las que habría que añadir alguna otra sobre ¿os acordáis
del "cuchitril" que estaba debajo de la escalera en los locales
y en donde hacíamos las reuniones de Jefes? ¿Os acordáis alguno de cuando
celebrábamos las Navidades en los locales, y un grupo cantamos "Capitán,
capitán de madera"? ¿Y las visitas al asilo San Bernabé? ¿Y os acordáis de
José -el de Peña Amaya, en la visita que hicimos en Semana Santa y luego en el
campamento de Verano? ¿Y los trabajos en la imprenta Colon, la recogida de papel,
el trabajo recogiendo manzanas o cortando ramas bajas en un vivero a la entrada
de Palencia, para poder comprarnos las camisas de color caqui que nos traían
del rastro?¿Y cuando Julio Garcia en 5º curso clase de Química, me mandaba a
hacer gestiones cuando los demás estaban en clase? ¿y alguno como Toño Poncio
recordará en los lobatos como nos teníamos que ir por las tardes a realizar las
reuniones al bosquecillo para hacer actividades de naturaleza? ¿Y la
construcción de la sala de lobatos con las pinturas de las paredes? ¿y el
carpintero –David-, que tanto nos ayudó con las bases y en los campamentos ...¿te acuerdas Julio Victor?.
Los fotos son recuerdos desde el inicio del grupo en la
isla de Jovino; las fiestas en la base cuando solamente estábamos los jefes
iniciales, el primer campamento en Reinoso con la promesa de lobatos (esta el
Hno Rivas y Julio García; el padre Javier y más). En esta campamento los peques
pelando patatas y comiendo peces del río recién pescados. Mas fotos de promesas
y fiestas en el colegio. Los campamentos de Peña Amaya con los mayores haciendo
espeleología y ayudando en las labores del campo, donde estuvieron los primeros
jefes del Grupo San Miguel para aprender. Quintanar, Ruesga; Cervera
en donde estuve todo el verano completo en los tres campamentos; el campamento
volante por los picos de Europa, en el tren de vía estrecha, comimos fabes en
casa de cura Juan en Arenas de Cabrales y nos dejó plantar las tiendas de campaña
en la explanada de la iglesia; las colladinas de Bulnes, Sotres,
el Cares y la dormida en el pajar de Posada de Valdeón, para luego regresar
nuevamente en tren a Cervera; y las reuniones en Llano Amarillo y San Rafael,
etc. Por mi mente pasan muchísimos
nombres que no se han olvidado cuando veía las fotos y espero volver a
ver. Cuantos pasaron por lobatos y alitas; tropa y guías; comandos y
rover me dejaron grandes recuerdos.
Agradezco a Julio Garcia
la creación del Grupo, lo que tuvo que pelear para sacarlo a delante logrando
que nos visitaran los Jefes de SBP de Madrid y las reuniones a las que tuvimos
que ir a El Escorial para formarnos, en cursillos de dinámicas de grupos.
Mañana estaré alli. ¡¡Buena
caza!! (Martín Alonso)
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Sorpresas
Me ha sorprendido mucho que no aparezca ninguna
aportación escrita sobre nuestro encuentro. Quizá sea esto lo que me ha animado a escribir este mensaje, para ver si así alguien más se anima a hacer lo mismo.
Sorpresa por los resultados de la convocatoria en
relación con compañeros que yo pensaba que me iba a encontrar con toda
seguridad y resulta que no han acudido, frente a otros con los que nunca
pensé que me iba a topar porque sospechaba y sospecho, que han tenido que usar
tres y hasta cuatro medios de transporte para llegar a Palencia, y aun así nos
honraron con su presencia.
Creo que puedo tomarme la libertad de hablar en
nombre de todos, o al menos de la mayoría, si les dirijo a éstos mi más sincero
agradecimiento por su tiempo y por ese esfuerzo que les debemos reconocer, o al
menos así hacerlo, de parte de los que únicamente hemos necesitado “salir de
casa” para acudir a la cita. Aunque comprendo que las fechas eran de puente en
Castilla y León, y en alguna otra comunidad, y es perfectamente razonable
suponer que haya personas que seguramente hayan tenido obligaciones o
acontecimientos familiares imposibles de evitar (bodas, bautizos, nacimientos,
enfermedad, etc.).
Otras sorpresas han sido conocer acerca de un grupo creado posteriormente a mi vivencia, cuyo nombre fue Minaya; que el Grupo
Castilla ya no pertenece a la Asociación
de Scouts Baden-Powell de España y que resulta que ahora
pertenece al MSC: Movimiento Scout Católico. Corregidme si no me he enterado
bien.
Me han llamado mucho la atención los actuales uniformes de los scouts del
Grupo Castilla, un tanto “coloridos” (perdonadme la expresión) frente a nuestro
tradicional “caqui” de toda la vida. No quiero señalar con esto ni que me guste
ni me disguste, simplemente que me ha resultado curioso. Así como curiosa y
tengo que decir triste, la ausencia de nuestro tradicional “sombrero
canadiense” con el cual aparecemos en nuestros tiernos años de juventud, en
muchas de las fotografías que pudimos ver. Perdonadme la expresión triste, pero
mi sinceridad no lo puede evitar. Me imagino que habrá guardias civiles que les
pase lo mismo con el tricornio. Este sombrero está para mí tan ligado a la imagen del escultismo como la
Torre Eiffel a la ciudad de Paris.
Otras noticias quizá no tan agradables como las de conocer que además de
los compañeros y compañeras que yo sabía que ya no estaban con nosotros, tener
desgraciadamente que añadir unos cuantos más a esta lista.
Agradables sorpresas como encontrarme allí a gente que yo ya conocía en
Palencia, y resulta que habían sido scouts en otros tiempos posteriores al mío,
y ninguno lo sabíamos los unos de los otros.
Agradecer a todos los que siendo de los años en los que yo estuve en el
Grupo Castilla, me preguntaron e hicieron el esfuerzo de recordarme, porque
probablemente en aquellos tiempos no tuvimos demasiada relación (era un grupo
mixto pero no revuelto) y pedir perdón a todos aquellos a los que mi torpe
memoria probablemente no identificó a primera vista.
Finalmente y como creo que ya todos hemos hecho, dar mi reconocimiento y
gratitud a Manolo, María Eugenia, Asun, Julita, Quique, a los representantes
uniformados del actual Grupo Castilla, y seguramente a alguien más. A ese
alguien que siempre hay en todos los actos o acontecimientos, con el que uno
comete la torpeza de no conocer porque siempre trabaja
desapercibido y en la sombra, y que seguro que ha tenido mucho que ver con
facilitar nuestro encuentro y con el magnífico trabajo que hemos podido
apreciar en el CD y DVD que nos habéis entregado, y que guardaré en algún cajón
que no esté expuesto al olvido.
Un abrazo muy fuerte y hasta siempre. José Luis Losada.
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Los mejores años de mi vida
"Fueron los mejores años de mi vida, los momentos que me hacían salir de
mi cruda realidad de adolescente y disfrutar de los amigos, de la
naturaleza, de los juegos....; de esos días guardo mis mejores amigos y
mis mejores recuerdos, aunque también recuerdo malos ratos, alguna que
otra bronquilla, supongo que merecida, y algún sustillo. Ayer, al ver
las fotos, volvieron a mi memoria tantos recuerdos que no pude controlar
mis emociones y lloré. Os doy las gracias por todo lo
que me habéis dado y por lo que ha supuesto en mi vida ser scout.
Seguimos haciendo camping, subiendo montañas y disfrutando de la
naturaleza." Un beso muy fuerte de Rocío V.